
No somos máquinas: la cara humana del entrenador
Este mensaje va con cariño para quien entrena con nosotros y para quienes nos dedicamos a esto.
Un entrenador no es un aparato. Somos personas. Pensamos, diseñamos, corregimos, aprendemos… y también nos cansamos. He llegado a una convicción sencilla: necesito vacaciones y me las voy a tomar. Descansar no es capricho; es parte de la calidad del servicio. Un profesional que no se detiene se apaga, y sabemos que los periodos de descanso mejoran el bienestar, aunque su efecto se atenúe con el tiempo (Westman & Eden, 1997).
También quiero hablar de expectativas. A veces se nos imagina 60 minutos de atención absoluta, ocho horas al día, 365 días al año. Eso no es real ni sano. El valor principal de un entrenador competente no es “estar pegado” cada segundo, sino poner criterio donde otros ponen ocurrencias: evaluar, programar, dosificar, adaptar, prevenir riesgos y sostener el proceso en el tiempo. Gran parte de ese trabajo es invisible: estudio, preparación, registro de cargas, coordinación con otros profesionales, análisis del progreso. Esto es coherente con las guías y posicionamientos profesionales que priorizan la prescripción individualizada, segura y eficaz por encima del espectáculo (Garber et al., 2011; Kraemer & Ratamess, 2009; Haff & Triplett, 2016).
Quien ha estado al otro lado del mostrador sabe que esta profesión es compleja y exigente. Además de lo técnico, somos autónomos: asumimos impuestos, alquileres, material, seguros, formación continua y costes de producción. Para sostenerlo, hacemos muchas horas. Y sí, a veces hay días más pesados y se nos nota en la cara. No porque falte compromiso, sino porque somos humanos. En ese contexto, el burnout está reconocido como fenómeno ocupacional derivado del estrés crónico no gestionado (OMS, 2019), y su aparición se entiende bien desde el modelo Demandas‑Recursos, cuando las demandas superan a los recursos disponibles (Demerouti, Bakker, Nachreiner & Schaufeli, 2001). En el ámbito del coaching deportivo, además, existe literatura específica que documenta este riesgo (Olusoga, Bentzen & Kenttä, 2019).
¿Qué es razonable esperar de un entrenador de alto nivel?
Criterio y seguridad: que lo que haces tenga sentido para ti y te cuide (Garber et al., 2011; Haff & Triplett, 2016).
Personalización real: que el plan se adapte a tu vida, no al revés (Garber et al., 2011).
Progresión y resultados medibles: avanzar con métodos honestos (Kraemer & Ratamess, 2009).
Comunicación clara: entender el porqué de lo que haces.
Coherencia profesional: saber decir “esto sí, esto no” cuando toca.
¿Y qué no es razonable exigir?
Disponibilidad emocional al 100% todo el tiempo. Nadie la tiene (OMS, 2019).
Presencia escénica continua como si esto fuera teatro. No vendemos entretenimiento; ofrecemos salud y rendimiento respaldados por conocimiento y experiencia (Garber et al., 2011; Haff & Triplett, 2016).
Que la hora visible incluya toda la hora invisible. Parte del valor sucede antes y después de verte (Haff & Triplett, 2016).
Si alguna vez notas una “caída” en mi energía, no significa caída en mi responsabilidad. Mi estándar se expresa, sobre todo, en la calidad de tus sesiones y en la lógica del proceso. Agradezco el feedback y la confianza: nos ayuda a ajustar sin deshumanizarnos. Y sí, también descansaré: porque un entrenador que descansa piensa mejor, decide mejor y te cuida mejor (Westman & Eden, 1997).
Gracias por entender que no somos máquinas. Somos entrenadores.
José Vidal
CEO, Sector Fitness
PDI, UMH
Referencias
Demerouti, E., Bakker, A. B., Nachreiner, F., & Schaufeli, W. B. (2001). The Job Demands‑Resources model of burnout. Journal of Applied Psychology, 86(3), 499–512.
Garber, C. E., Blissmer, B., Deschenes, M. R., Franklin, B. A., Lamonte, M. J., Lee, I.-M., Nieman, D. C., & Swain, D. P. (2011). Quantity and quality of exercise for developing and maintaining cardiorespiratory, musculoskeletal, and neuromotor fitness in apparently healthy adults (ACSM Position Stand). Medicine & Science in Sports & Exercise, 43(7), 1334–1359.
Haff, G. G., & Triplett, N. T. (Eds.). (2016). Essentials of Strength Training and Conditioning (4th ed.). Champaign, IL: Human Kinetics / NSCA.
Kraemer, W. J., & Ratamess, N. A. (2009). Progression models in resistance training for healthy adults (ACSM Position Stand). Medicine & Science in Sports & Exercise, 41(3), 687–708.
Olusoga, P., Bentzen, M., & Kenttä, G. (2019). Coach burnout: A scoping review. International Sport Coaching Journal, 6(1), 42–62.
Organización Mundial de la Salud (OMS). (2019). Burn‑out como fenómeno ocupacional en la CIE‑11. Ginebra: OMS.
Westman, M., & Eden, D. (1997). Effects of a respite from work on burnout: Vacation relief and fade‑out. Journal of Applied Psychology, 82(4), 516–527