
Menos correcciones, más soluciones: una visión práctica y científica de la enseñanza técnica en el entrenamiento
En el ámbito del entrenamiento y la enseñanza del movimiento, existe una tendencia habitual: corregir la técnica de los alumnos a través de instrucciones verbales directas. Frases como “flexiona más las rodillas”, “activa el core” o “mantén la espalda recta” son el pan de cada día en gimnasios, escuelas deportivas y programas de acondicionamiento físico. Sin embargo, este enfoque, aunque bienintencionado, no siempre es eficaz.
Cuando un alumno centra su atención en corregir un aspecto puntual de su postura, es frecuente que desajuste otra parte de su cuerpo. Por ejemplo, si insistimos en que flexione las rodillas, puede que logre esa acción, pero a costa de modificar la pelvis o la posición de la espalda, repitiendo la técnica de forma igualmente ineficiente. En otras palabras, arreglamos un error creando otro.
La ciencia del aprendizaje motor respalda esta observación práctica. Según la Cognitive Load Theory (Sweller, 2011), la sobrecarga de información genera confusión y reduce la capacidad de aprendizaje. Demasiados “tips” verbales dificultan que el alumno automatice el movimiento y provocan que se frustre en el proceso.
Ante este panorama, la pregunta es evidente: ¿cómo podemos mejorar la técnica de manera más efectiva?
La solución: diseñar contextos de aprendizaje, no acumular instrucciones
Mi experiencia profesional me ha llevado a la misma conclusión que la literatura científica: no se trata de complicar el ejercicio ni de añadir más consignas, sino de crear contextos de práctica que favorezcan que la técnica emerja de forma natural.
La teoría de las limitaciones (Constraints-led Approach), propuesta por Newell (1986) y desarrollada por Davids, Button y Bennett (2008), explica que el aprendizaje motor ocurre cuando manipulamos tres tipos de limitaciones:
• Del organismo (capacidades y características del alumno),
• De la tarea (cómo planteamos el ejercicio),
• Del entorno (dónde se realiza).
Si modificamos de forma inteligente estas variables —por ejemplo, usando un rango de movimiento parcial, incorporando apoyos, reduciendo la carga o eligiendo variantes asistidas—, el cuerpo del alumno encuentra una solución motriz más adecuada sin necesidad de recibir largas explicaciones.
No siempre más difícil significa más educativo
Un aspecto clave es entender que no todos los alumnos se benefician de que la tarea sea más complicada o retadora. Para algunos, aumentar la dificultad no supone un estímulo pedagógico, sino una barrera que incrementa la probabilidad de error y reduce la motivación.
En educación y entrenamiento, “más difícil” no siempre equivale a “más formativo”. A menudo, lo verdaderamente pedagógico es simplificar, para que el alumno ejecute bien, gane confianza y después, progresivamente, pueda afrontar movimientos más complejos con una base sólida.
El poder de dirigir la atención hacia fuera
Otro principio bien documentado es el del enfoque externo de la atención. Wulf y Prinz (2001) demostraron que es más eficaz dirigir al alumno hacia el efecto del movimiento que hacia su cuerpo. Por ejemplo: decir “empuja fuerte el suelo” suele generar mejores resultados que “extiende bien las rodillas”.
Diseñar tareas donde ese efecto sea evidente convierte el aprendizaje en algo intuitivo, sin necesidad de bombardear con instrucciones técnicas.
Conclusión
Corregir la técnica no debería basarse en acumular correcciones verbales ni en complicar innecesariamente los ejercicios. La clave está en crear tareas adaptadas, seguras y progresivas que guíen al alumno hacia la ejecución correcta de forma natural.
El papel del entrenador es, en definitiva, facilitar el camino, no complicarlo. Y para ello, la ciencia del aprendizaje motor y la pedagogía del movimiento ofrecen principios claros: reducir la sobrecarga de información, diseñar contextos adecuados y priorizar la simplicidad como base del progreso.
José Vidal
CEO Sector Fitness
PDI UMH
Bibliografía
• Davids, K., Button, C., & Bennett, S. (2008). Dynamics of Skill Acquisition: A Constraints-led Approach. Human Kinetics.
• Newell, K. M. (1986). Constraints on the development of coordination. In M. G. Wade & H. T. A. Whiting (Eds.), Motor Development in Children: Aspects of Coordination and Control (pp. 341–360). Martinus Nijhoff.
• Sweller, J. (2011). Cognitive load theory. Psychology of Learning and Motivation, 55, 37–76.
• Wulf, G., & Prinz, W. (2001). Directing attention to movement effects enhances learning: A review. Psychonomic Bulletin & Review, 8(4), 648–660.